La ermita de Juan Bosco, Tibidabo

¿Quién no conoce el Templo Expiatorio del Sagrado Corazón? Ya hará más de 50 años que la iglesia del Sagrado Corazón viene coronando el pico más alto de la sierra de Collserola y se ha convertido en un símbolo emblemático de la ciudad y del skyline de Barcelona que deja a espaldas el mar. Obra de Enric Sagnier i Villavecchia, arquitecto que nos ha dejado un gran legado arquitectónico en la ciudad de Barcelona, empezó a construirse en 1902 y no finalizó hasta 1961 en manos ya de su hijo Josep Maria Sagnier i Vidal. El Templo consta de dos partes, la cripta en la parte inferior, de estilo neobizantino, y la iglesia, en la superior, de verticalidad gótica.

Templo Expiatorio del Sagrado Corazón, Tibidabo

A finales de s.XIX, tras los rumores de construcción de un hotel-casino (que acabó construyéndose cerca del lugar, véase Casino de la Rabassada), una «Junta de Caballeros Católicos» adquirió los terrenos y los cedió a Juan Bosco durante su visita a Barcelona.

En 1886 se construyó una pequeña ermita neogótica, que actualmente está adosada a la iglesia, y que sigue siendo lugar de peregrinaje para muchos católicos.

Ermita Sagrado Corazón, Tibidabo (Barcelona)

La ermita, testigo de los cambios que ha ido sufriendo Barcelona a lo largo de los años, también compartió espacio con un pabellón de estilo mudéjar que hizo de mirador durante la Exposición Universal de 1888. Unas vistas que siguen siendo admiradas desde este punto álgido de la ciudad pero desde el que se vislumbra un panorama muy distinto al de entonces.

Restaurante Casa Trampa

Casa Trampa es un restaurante dedicado a comida casera que se encuentra en la plaza de Vallvidrera. Fue fundado en 1882 y desde entonces se ha ido adaptando a los tiempos sin perder de vista sus platos tradicionales: las croquetas, las albóndigas, la ración de jabugo, los pies de cerdo o el puding son varias delicias de su carta. Aunque el local es viejo la relación calidad precio es buenas. Es el lugar ideal para pararse a picar algo si se quiere dar un paseo por Vallvidrera o por el parque de Collserola.

Precio aprox: 30€/pers

Dirección: Plaça de Vallvidrera 3, 08017 Barcelona

Acceso: Funicular de Vallvidrera. Al salir de la estación, se va a mano izquierda hasta bajar por unas escaleras que llevan a la plaza de Vallvidrera.

Teléfono: 93 406 80 51


Ver Restaurante «Casa Trampa» en un mapa más grande

La font de la Budellera

La Font de la Budellera, ubicada en el parque de Collserola, fue, en sus años de esplendor, una fuente de abastecimiento de agua casi «milagrosa». Mucha gente iba a rellenar sus garrafas de agua, pensando (y quizás era cierto) que era agua mucho más pura, provinente del bosque. Hasta que hubo un momento que se puso un cartelito tipo: «No se asegura la potabilidad del agua», justo después de las obras de la torre de comunicaciones y aquí se acabó la leyenda.

El origen del nombre no está claro… puede venir de «budells» (que significa intestinos en catalán), y los motivos pueden ser varios:

  • Porque se decía que era buena para los intestinos, milagrosa como comentábamos.
  • Porque se tiraban por esa zona intestinos de animales muertos. (no me parece muy atractivo este origen…)
  • Porque por allí cerca había una casa que creaban cuerdas para instrumentos con los intestinos de animales.

Esta fuente, obra del arquitecto paisajista francés Jean Claude Nicholas Forestier, ya tiene sus añitos (1918) que podemos observar en el deterioro de su cara.

Parque de Collserola

La fuente fue restaurada en 1988 y está en una zona en la que se puede parar a merendar, con un pequeño porche y mesas de piedra y varias escaleras que darán juego a los más peques.

Para llegar desde Barcelona a ella se cogen los ferrocarriles catalanes dirección Terrassa o Sabadell y se baja en la parada «Peu del funicular». De ahí se coge el funicular (inaugurado en 1906, aunque se ha hecho una renovación integral y ya no respiran ni un àpice de sus antiguo «look») y se baja en la parada final, Vallvidrera.

Salimos a una plaza y de ahí subimos las escaleras que quedan a mano derecha y seguimos recto por el «camí dels Algarves» llegando al «carrer de les Alberes» que cogeremos hacia la izquierda. Y, la primera calle no, la segunda, por el «Carrer de Can Basseda» giraremos a la izquierda y seguiremos todo recto por este camino hasta llegar a un cruce, en el que continuaremos por el «carrer de Gabriel Ferrater» hasta llegar al «carrer de la Budellera».

Al entrar en el parque de la Budellera (parte de la cordillera de Collserola), os da la bienvenida un peregrino con la curiosidad que tiene la cara del antiguo propietario de la casa a la que te da la bienvenida la estatua con la mano derecha (el marqués de Saint-innocent). Aunque popularmente se decía que era san  Francisco de Asís, fundador de la Orden Franciscana y protector de los animales. Fuere quien fuere, en sus años mozos tenía la mano que le falta y asía un bastón.

Parque de la Budellera, Vallvidrera

Una vez dentro, tendremos 3 caminos por escoger y el de la izquierda es el que nos lleva a la Font de le Budellera. Hace bajada y es un paseo a la sombra, corto y agradable, entre pinos y encinas. Se accede por unas escaleras de piedra y en según que tramos, podéis disfrutar de las vistas del parque de Collserola con el Tibidabo de fondo.

Parque de CollserolaDe vuelta haremos el recorrido en sentido inverso, y una vez en la estación del funicular, antes de volver a la ciudad, podéis subir al terrado y ver otra perspectiva de Barcelona.

Funicular de VallvidreraY si os animáis, antes de volver a la ciudad, podéis ir a casa Trampa y tomaros una tapa de jamón de jabugo o unas albóndigas y una copita de vino. Es un restaurante emblemático de cocina catalana que está en la plaza de Vallvidrera.

El pantano de Vallvidrera

Escondido por el bosque de Collserola, al norte de Barcelona, se encuentra el pantano de Vallvidrera, inaugurado en 1864 para abastecer de agua el antiguo municipio de Sarrià a través de la Mina Grott (podeis ver la entrada a dicha mina unos metros antes de llegar al pantano, a mano izquierda). En esta mina se instaló un trenecito eléctrico en el 1908, que fue el primer ferrocarril eléctrico de pasajeros construido en España y funcionó hasta 1916.

Este embalse está considerado como una joya de la ingeniería hidráulica del s. XIX. Ahora mismo, abandonado al curso de la naturaleza, está cubierto de frondosa vegetación con todo tipo de especies vegetales identificadas por un pequeño cartelito, y rodeado de los cantos de las ranas, ¡a cual más gritona! ¿Habrá algún príncipe entre ellas? 😉

Parque de Collserola

A esta presa se puede acceder por varios lugares, pero el más sencillo es cogiendo los ferrocarriles, dirección Terrassa o Sabadell y bajando en el Baixador de Vallvidrera (ojo, comprobad que ese ferrocarril pare en todas las estaciones). Una vez allí, ya respiraréis el olor a bosque!! 🙂

Parque Collserola

Bajamos las escaleras y cruzamos la carretera, cogiendo el «Camí del Pantà» a mano izquierda, seguimos recto hasta la siguiente bifurcación, en donde giraremos a mano derecha (hay una indicación que pone «torrent del rovelló») y seguiremos recto por ese camino hasta llegar al pantano.

Se puede dar la vuelta completa al pantano, y volver por donde se ha llegado.

¡Qué las hadas os acompañen!

Paseo por Collserola

En el norte de Barcelona nos protege el parque de Collserola donde se puede disfrutar de diversos recorridos a pie o en bici entre la naturaleza.

Hoy hablaré de un recorrido a pie de unas 3 horas por este frondoso parque.

Empezaremos cogiendo los ferrocarriles, dirección Terrassa o Sabadell y bajaremos en el Baixador de Vallvidrera (ojo, comprobad que ese ferrocarril pare en todas las estaciones). Una vez allí, ya respiraréis el olor a bosque! 🙂

Parque Collserola, BarcelonaBajamos las escaleras y cruzamos la carretera, cogiendo el «Camí del Pantà» a mano izquierda, seguimos recto hasta la siguiente bifurcación, en donde giraremos a mano derecha (hay una indicación que pone «torrent del rovelló») y seguiremos recto por ese camino hasta llegar al pantano, inaugurado en 1864 para abastecer de agua a Sarrià a través de la Mina Grott, mina que encontraréis unos metros antes de llegar al pantano, a mano izquierda. Una vez habéis llegado al pantano, lo podéis bordear a través de una abundante vegetación con todo tipo de especies vegetales identificadas por un cartelito, y rodeados de los cantos de las ranas, ¡a cual más gritona!

Parque de Collserola, BarcelonaUna vez visto el pantano, dirigios al punto por donde habéis llegado a éste (por donde se puede cruzar el muro) y os desviáis  por el camino de la derecha, es decir, el de encima al de llegada, con una subidita un tanto pronunciada. Al llegar a una bifurcación, cogéis la calle «dels Reis Catòlics» y tiráis recto (hay tramos asfaltados) hasta llegar a la «Plaça de Vallvidrera». En esta pequeña plaza, hay el restaurante Casa Trampa, en donde pararemos a comer a la vuelta de nuestro recorrido. De ahí, subís por unas primeras escaleras y llegáis a un pequeño parque, que si os asomáis a la barandilla de mano izquierda, podréis contemplar una fila de casas modernistas. En esa misma plaza, a mano derecha está el funicular, en un edificio también modernista. En este punto acabaremos el recorrido más adelante, pero todavía no! Seguimos subiendo las escaleras, seguimos recto por el «camí dels Algarves» y llegamos al «carrer de les Alberes» que cogeremos hacia la izquierda. Y, la primera calle no, la segunda, por el «Carrer de Can Basseda» giraremos a la izquierda y seguiremos todo recto por este camino hasta llegar a un cruce, en el que continuaremos por el «carrer de Gabriel Ferrater» hasta llegar al «carrer de la Budellera».

Al entrar en el parque de la Budellera (también parte de la cordillera de Collserola) nos encontraremos la estatua de un pelegrino que nos da la bienvenida.

Parque de la Budellera, Vallvidrera, Barcelona

Una vez dentro, tendremos 3 caminos por escoger, mi recomendación es coger el de la izquierda y llegar a la fuente de la Budellera, obra de Jean Claude Nicholas Forestier, realizada en 1918. Se llega por unas escaleras de piedra y en según que tramos, podéis disfrutar de las vistas del parque de Collserola con el Tibidabo de fondo. Aunque no aseguran la potabilidad del agua que mana la fuente, no pasa nada por refrescarse un poco la cara.

Parque de la Budellera, Vallvidrera, Barcelona

De vuelta por donde hemos llegado, os recomiendo volver a la plaza de Vallvidrera y comer en casa Trampa. Sus albóndigas son únicas, y la ración de jamón jabugo, a 17€, está muy buena acompañada del tradicional pan con tomate.

Para volver a Barcelona ciudad, como he comentado antes, volvemos a subir por las escaleras para coger el funicular (que se remonta al año 1906), y llegar a la parada «Peu del funicular» de los ferrocarriles. De todas formas, antes de coger el funicular, podéis subir a lo alto de la estación y ver otra perspectiva de Barcelona.

Funicular de Vallvidrera a Barcelona

Si os gusta caminar, ¡os animo a hacer la ruta! ¡No os arrepentiréis! 🙂