La Font d’en Ribas

Desde mi querido amigo el Casino de la Rabassada, al que aprecio con cariño y visito de vez en cuando con devoción, se puede llegar fácilmente a dos fuentes: la Font de la Rabassada, que formaba parte de los jardines del casino y, unos pocos metros más adelante, la Font d’en Ribas, una de las fuentes más bonitas de Collserola. También se puede acceder a estas fuentes por otros caminos del bosque.

Font d'en Ribas, Collserola

Esta fuente, construida en 1909, de estilo modernista, se realizó para lo que debería haber sido la casa de Lluís Ribas, una de las fortunas más grandes de Barcelona por aquel entonces, que había heredado, como sobrino, el legado de los hermanos Rossend, Frederic i Lluís Regodosa. Para este proyecto contó con el arquitecto Emili Sala i Cortès. Pero al morir sin descendencia, su mansión nunca se acabó, y lo único que se llegó a construir, y que aun hoy en día podemos ver, es un viaducto, los fundamentos que el bosque se ha ido tragando y la preciosa fuente rodeada de vegetación y humedad a la que los rayos del sol poco alcanzan. También se dice que no era una casa lo que quería construir, sino un hotel, viendo la posibilidad de hacer negocio estando situado al lado del gran hotel del Casino.

La ermita de Juan Bosco, Tibidabo

¿Quién no conoce el Templo Expiatorio del Sagrado Corazón? Ya hará más de 50 años que la iglesia del Sagrado Corazón viene coronando el pico más alto de la sierra de Collserola y se ha convertido en un símbolo emblemático de la ciudad y del skyline de Barcelona que deja a espaldas el mar. Obra de Enric Sagnier i Villavecchia, arquitecto que nos ha dejado un gran legado arquitectónico en la ciudad de Barcelona, empezó a construirse en 1902 y no finalizó hasta 1961 en manos ya de su hijo Josep Maria Sagnier i Vidal. El Templo consta de dos partes, la cripta en la parte inferior, de estilo neobizantino, y la iglesia, en la superior, de verticalidad gótica.

Templo Expiatorio del Sagrado Corazón, Tibidabo

A finales de s.XIX, tras los rumores de construcción de un hotel-casino (que acabó construyéndose cerca del lugar, véase Casino de la Rabassada), una «Junta de Caballeros Católicos» adquirió los terrenos y los cedió a Juan Bosco durante su visita a Barcelona.

En 1886 se construyó una pequeña ermita neogótica, que actualmente está adosada a la iglesia, y que sigue siendo lugar de peregrinaje para muchos católicos.

Ermita Sagrado Corazón, Tibidabo (Barcelona)

La ermita, testigo de los cambios que ha ido sufriendo Barcelona a lo largo de los años, también compartió espacio con un pabellón de estilo mudéjar que hizo de mirador durante la Exposición Universal de 1888. Unas vistas que siguen siendo admiradas desde este punto álgido de la ciudad pero desde el que se vislumbra un panorama muy distinto al de entonces.

Santa Maria de Collserola

Carretera de les Aigües, 21h.

Después de correr unos pocos km en buena compañía, mi «entrenador» me descubrió a Santa Maria de Collserola dirección al turó d’en Cors, uno de los cénits de la sierra.

Se trata de un sencillo y pequeño santuario de ladrillos y azulejos, con la imagen de Santa Maria de Collserola, que desde su diminuta vitrina rota «per un cop de roc llançat amb massa traça»¹ observa al Sagrado Corazón situado en lo más alto del Tibidabo.

Santa Maria de Collserola, Barcelona

El acceso a este punto (que queda por encima del km 6, más o menos, de dicha carretera) es a través de caminillos sorprendentemente frondosos y estrechos, entre medio de un bosque medio tenebroso al que parece que unos gigantes se hayan hecho paso tirando los pinos que se interponían a su caminar.

Y es que la nevada de hace dos años arrancó de raíz a los pinos más débiles del bosque siguiendo así el curso de la teoría de la evolución.

Bosque Collserola, Barcelona

La verdad es que el encanto del lugar me ha traído a recorrerlo varias veces más en poco tiempo y siempre con alguna anécdota que contar.

Ayer mismo, por uno de los caminitos estrechos y frondosos, me adelantó un ciclista a una velocidad moderada.

De repente, escuché un ruido más abajo, pero descarté una caída por ser un ruido demasiado suave.

Pero mi sorpresa fue cuando me encontré, unos metros más abajo, al ciclista ¡engullido por una zarza!

De ahí el ruido suave, aunque para él de suave no tuvo nada. Mi primera reacción fue asustarme y le pregunté si estaba bien. Al ver que solo tenía algunos rasguños y después de responderme que si estaba bien, mi siguiente reacción fue sonreír, cosa que él también hizo. Porque, aunque desafortunada, la situación no dejaba de ser graciosa.

Al margen de la anécdota, os animo a recorrer los bosques de mordor, ya sea en bici o a pie, en busca de gigantes misteriosos y de la virgen de Collserola.

1. Referencia a la poesía de «La vaca cega» de Joan Maragall.


Mostra Santa Maria de Collserola en un mapa més gran

Casino de la Arrabassada de Barcelona

El casino de la Rabassada, fue un antiguo hotel y posteriormente casino construido en 1899 que se convirtió en uno de los centros más glamurosos de la Barcelona de principios del s.XX. En la actualidad solo podemos observar las ruinas que no engullido la vegetación a lo largo de los años.

Casino de la Rabassada BarcelonaEn un momento de la carretera de la Rabassada (o Arrabassada), dirección Sant Cugat, nos encontramos a mano derecha con los restos de lo que un día fue un hotel y posteriormente un gran casino. El Casino de La Rabassada.

Casino de la RabassadaEl hotel, rodeado de terreno montañoso, se construyó en 1899 y se convirtió en uno de los centros más glamurosos de la Barcelona de principios del s.XX. En 1911, con alguna que otra remodelación, el hotel pasó a ser un Casino, e incluyó gran parte de terreno  para construir un parque de atracciones. Los diarios del momento lo anunciaban de la siguiente manera: «“… Casino particular. Juegos varios. Restaurante de lujo. Atracciones americanas. Scenic Railway, Cake Walk, Rowling Halleys. Entrada 0,50 pesetas…». Las atracciones con más éxito, eran la montaña rusa y el splash.

Casino de la Rabassada, BarcelonaLa inversión que se llegó a hacer en este complejo nunca se recuperó al 100%. Durante la dictadura de Primo de Rivera, se prohibió el juego, y el casino quedó en desuso, convirtiéndose en cuartel de carabineros. Finalmente, hacia 1938, sin ninguna línea que le diera acceso, quedó en el abandono absoluto.

Dicen que en el lugar mucha gente perdió su fortuna, y allí mismo acababan con su vida antes de comunicar tal vergüenza.

Casino de la Rabassada BarcelonaHoy en día solo queda parte de la fachada de lo que en su día fue la ostentosa entrada al casino y hotel.

Casino de la Rabassada

También se pueden ver las bodegas y algún que otro túnel de la montaña rusa. Pero lo que se aguanta con más dignidad, que es lo primero que se encuentra el curioso al llegar a la zona, es la torre Bel vedere, a la que se accedía por una plataforma que hoy en día ya no existe, y que proporciona vistas al bosque que con el tiempo se ha ido comiendo, casi en su totalidad, los edificios y atracciones que en su momento hubo.

Casino de la Rabassada

Hoy en día esta torre hace de hospedaje al más espavilado y tuvimos la ocasión de conocer al actual inquilino, Andrei y al anterior, Alex, que por casualidad se pasó para curiosear quien era el afortunado que vivía en aquel lugar de hadas y duendes. Alex nos contó que cuando él vivía allí, unos 3 años atrás, hacía de guía a los que se atrevían a remover la historia del pasado y a investigar el lugar. Al final del trayecto cobraba la voluntad, y no le fue nada mal.

Os aconsejo que si vais por allí, saludéis a Andrei, de origen ruso, y le pidáis algo de información. Quizás sepa algo más de lo que os he contado…

Os dejo este link por si queréis ver más fotos del estado actual del Casino de la Rabassada y un link a un video del Casino.

Ver Casino de la Rabassada en un mapa más grande

Búnker antiaéreo de Sant Pere Mártir

En Barcelona hay varios restos de búnkers antiaéreos legado de la guerra civil, entre ellos el de Sant Pere Màrtir.

En una cima de la cordillera de Collserola, en donde en su momento hubo una pequeño santuario dedicado a Sant Pere Màrtir, posteriormente un fortín y luego un telégrafo de señales (que hoy en día se ha modernizado en antena de comunicaciones), podemos observar algunos restos de unas plataformas de cañones antiaéreos. Este búnker, construido a principios del s.XX junto con el búnker del Carmel y otros que hoy en día ya no existen, como el de Montjuïc o el Camp de la Bota (zona del Forum), fueron la defensa antiaérea de Barcelona durante la guerra civil española.

Pero la ermita que da origen a su nombre no ha quedado en el olvido y tiene su pequeño homenaje. Subiendo dirección a la antena que se encuentra en lo alto de la cima donde se encuentra el búnker, en el lado opuesto a éste, encontramos lo que queda de la ermita de Sant Pere Màrtir, en la que nunca faltan flores y en donde una placa explica el origen: «A finales del s.XVII, los padres dominicanos del convento de Santa Catarina construyeron en esta cima un pequeño santuario dedicado a Sant Pere Màrtir. Su situación privilegiada y dominante del lugar reconvirtió la ermita en un fortín y excepcional testimonio histórico de luchas y campos de operaciones militares a lo largo del tiempo».

Adjunto este enlace para más información sobre la ermita de Sant Pere Màrtir.

Bínker antiaéreo BarcelonaEl acceso a este lugar es a través de caminos y se puede llegar o desde la carretera de les aigües o desde Sant Just Desvern. Para orientaros, el truco está en seguir la antena de comunicaciones que está en lo alto de la cima en cuestión. De todas formas os indico su ubicación exacta en el mapa de más abajo.


Ver Búnker antiaéreo Sant Pere Màrtir en un mapa más grande

El Parc de l’Oreneta y el trenecito

Parc de l'Oreneta trenEl Parc de l’Oreneta está en una de las laderas de la sierra de Collserola. Es un parque salvaje, de vegetación mediterránea, ideal para huir de la ciudad. Los niños son los más afortunados en este parque; tienen diferentes espacios para jugar con la tierra, los columpios, pero la característica que lo hace singular es que, en lo alto del parque, existe un pequeño recorrido en trenecito de vapor.  Un tren a la medida de los pequeños, con su maquinista, sus carriles, su estación, su taquilla y el túnel, hacen del parque un entretenimiento único.

Trenecito del Parque de l'Oreneta

El nombre del parc de l’Oreneta (que en realidad es el parque del Castell de l’Oreneta) proviene de una antigua masía que se llamaba así afincada en esta zona. De hecho todavía quedan algunas paredes de la antigua finca, que era de la familia Tous. La totalidad del parque, de unas 17 hectáreas, resultó de la unión de los terrenos de esta masía  (el castell de l’Oreneta) con Can Bonavia de la familia del conde Milà.

Parc de l'Oreneta

Desde algunos lugares del parque, se pueden ver vistas de la ciudad y del Tibidabo.

Este frondoso parque siempre me trae bonitos recuerdos de infancia y nunca me canso de volver y volver.

Precio tren: 3€

Horarios tren: domingos y festivos de 11h a 14h (excepto 1er. de año, Reyes, Semana Santa y Pascua, Navidad y San Esteban y el mes de Agosto por vacaciones)

Más información sobre el parque de l’oreneta.


Ver mapa más grande

La font de la Budellera

La Font de la Budellera, ubicada en el parque de Collserola, fue, en sus años de esplendor, una fuente de abastecimiento de agua casi «milagrosa». Mucha gente iba a rellenar sus garrafas de agua, pensando (y quizás era cierto) que era agua mucho más pura, provinente del bosque. Hasta que hubo un momento que se puso un cartelito tipo: «No se asegura la potabilidad del agua», justo después de las obras de la torre de comunicaciones y aquí se acabó la leyenda.

El origen del nombre no está claro… puede venir de «budells» (que significa intestinos en catalán), y los motivos pueden ser varios:

  • Porque se decía que era buena para los intestinos, milagrosa como comentábamos.
  • Porque se tiraban por esa zona intestinos de animales muertos. (no me parece muy atractivo este origen…)
  • Porque por allí cerca había una casa que creaban cuerdas para instrumentos con los intestinos de animales.

Esta fuente, obra del arquitecto paisajista francés Jean Claude Nicholas Forestier, ya tiene sus añitos (1918) que podemos observar en el deterioro de su cara.

Parque de Collserola

La fuente fue restaurada en 1988 y está en una zona en la que se puede parar a merendar, con un pequeño porche y mesas de piedra y varias escaleras que darán juego a los más peques.

Para llegar desde Barcelona a ella se cogen los ferrocarriles catalanes dirección Terrassa o Sabadell y se baja en la parada «Peu del funicular». De ahí se coge el funicular (inaugurado en 1906, aunque se ha hecho una renovación integral y ya no respiran ni un àpice de sus antiguo «look») y se baja en la parada final, Vallvidrera.

Salimos a una plaza y de ahí subimos las escaleras que quedan a mano derecha y seguimos recto por el «camí dels Algarves» llegando al «carrer de les Alberes» que cogeremos hacia la izquierda. Y, la primera calle no, la segunda, por el «Carrer de Can Basseda» giraremos a la izquierda y seguiremos todo recto por este camino hasta llegar a un cruce, en el que continuaremos por el «carrer de Gabriel Ferrater» hasta llegar al «carrer de la Budellera».

Al entrar en el parque de la Budellera (parte de la cordillera de Collserola), os da la bienvenida un peregrino con la curiosidad que tiene la cara del antiguo propietario de la casa a la que te da la bienvenida la estatua con la mano derecha (el marqués de Saint-innocent). Aunque popularmente se decía que era san  Francisco de Asís, fundador de la Orden Franciscana y protector de los animales. Fuere quien fuere, en sus años mozos tenía la mano que le falta y asía un bastón.

Parque de la Budellera, Vallvidrera

Una vez dentro, tendremos 3 caminos por escoger y el de la izquierda es el que nos lleva a la Font de le Budellera. Hace bajada y es un paseo a la sombra, corto y agradable, entre pinos y encinas. Se accede por unas escaleras de piedra y en según que tramos, podéis disfrutar de las vistas del parque de Collserola con el Tibidabo de fondo.

Parque de CollserolaDe vuelta haremos el recorrido en sentido inverso, y una vez en la estación del funicular, antes de volver a la ciudad, podéis subir al terrado y ver otra perspectiva de Barcelona.

Funicular de VallvidreraY si os animáis, antes de volver a la ciudad, podéis ir a casa Trampa y tomaros una tapa de jamón de jabugo o unas albóndigas y una copita de vino. Es un restaurante emblemático de cocina catalana que está en la plaza de Vallvidrera.

El pantano de Vallvidrera

Escondido por el bosque de Collserola, al norte de Barcelona, se encuentra el pantano de Vallvidrera, inaugurado en 1864 para abastecer de agua el antiguo municipio de Sarrià a través de la Mina Grott (podeis ver la entrada a dicha mina unos metros antes de llegar al pantano, a mano izquierda). En esta mina se instaló un trenecito eléctrico en el 1908, que fue el primer ferrocarril eléctrico de pasajeros construido en España y funcionó hasta 1916.

Este embalse está considerado como una joya de la ingeniería hidráulica del s. XIX. Ahora mismo, abandonado al curso de la naturaleza, está cubierto de frondosa vegetación con todo tipo de especies vegetales identificadas por un pequeño cartelito, y rodeado de los cantos de las ranas, ¡a cual más gritona! ¿Habrá algún príncipe entre ellas? 😉

Parque de Collserola

A esta presa se puede acceder por varios lugares, pero el más sencillo es cogiendo los ferrocarriles, dirección Terrassa o Sabadell y bajando en el Baixador de Vallvidrera (ojo, comprobad que ese ferrocarril pare en todas las estaciones). Una vez allí, ya respiraréis el olor a bosque!! 🙂

Parque Collserola

Bajamos las escaleras y cruzamos la carretera, cogiendo el «Camí del Pantà» a mano izquierda, seguimos recto hasta la siguiente bifurcación, en donde giraremos a mano derecha (hay una indicación que pone «torrent del rovelló») y seguiremos recto por ese camino hasta llegar al pantano.

Se puede dar la vuelta completa al pantano, y volver por donde se ha llegado.

¡Qué las hadas os acompañen!

Paseo por Collserola

En el norte de Barcelona nos protege el parque de Collserola donde se puede disfrutar de diversos recorridos a pie o en bici entre la naturaleza.

Hoy hablaré de un recorrido a pie de unas 3 horas por este frondoso parque.

Empezaremos cogiendo los ferrocarriles, dirección Terrassa o Sabadell y bajaremos en el Baixador de Vallvidrera (ojo, comprobad que ese ferrocarril pare en todas las estaciones). Una vez allí, ya respiraréis el olor a bosque! 🙂

Parque Collserola, BarcelonaBajamos las escaleras y cruzamos la carretera, cogiendo el «Camí del Pantà» a mano izquierda, seguimos recto hasta la siguiente bifurcación, en donde giraremos a mano derecha (hay una indicación que pone «torrent del rovelló») y seguiremos recto por ese camino hasta llegar al pantano, inaugurado en 1864 para abastecer de agua a Sarrià a través de la Mina Grott, mina que encontraréis unos metros antes de llegar al pantano, a mano izquierda. Una vez habéis llegado al pantano, lo podéis bordear a través de una abundante vegetación con todo tipo de especies vegetales identificadas por un cartelito, y rodeados de los cantos de las ranas, ¡a cual más gritona!

Parque de Collserola, BarcelonaUna vez visto el pantano, dirigios al punto por donde habéis llegado a éste (por donde se puede cruzar el muro) y os desviáis  por el camino de la derecha, es decir, el de encima al de llegada, con una subidita un tanto pronunciada. Al llegar a una bifurcación, cogéis la calle «dels Reis Catòlics» y tiráis recto (hay tramos asfaltados) hasta llegar a la «Plaça de Vallvidrera». En esta pequeña plaza, hay el restaurante Casa Trampa, en donde pararemos a comer a la vuelta de nuestro recorrido. De ahí, subís por unas primeras escaleras y llegáis a un pequeño parque, que si os asomáis a la barandilla de mano izquierda, podréis contemplar una fila de casas modernistas. En esa misma plaza, a mano derecha está el funicular, en un edificio también modernista. En este punto acabaremos el recorrido más adelante, pero todavía no! Seguimos subiendo las escaleras, seguimos recto por el «camí dels Algarves» y llegamos al «carrer de les Alberes» que cogeremos hacia la izquierda. Y, la primera calle no, la segunda, por el «Carrer de Can Basseda» giraremos a la izquierda y seguiremos todo recto por este camino hasta llegar a un cruce, en el que continuaremos por el «carrer de Gabriel Ferrater» hasta llegar al «carrer de la Budellera».

Al entrar en el parque de la Budellera (también parte de la cordillera de Collserola) nos encontraremos la estatua de un pelegrino que nos da la bienvenida.

Parque de la Budellera, Vallvidrera, Barcelona

Una vez dentro, tendremos 3 caminos por escoger, mi recomendación es coger el de la izquierda y llegar a la fuente de la Budellera, obra de Jean Claude Nicholas Forestier, realizada en 1918. Se llega por unas escaleras de piedra y en según que tramos, podéis disfrutar de las vistas del parque de Collserola con el Tibidabo de fondo. Aunque no aseguran la potabilidad del agua que mana la fuente, no pasa nada por refrescarse un poco la cara.

Parque de la Budellera, Vallvidrera, Barcelona

De vuelta por donde hemos llegado, os recomiendo volver a la plaza de Vallvidrera y comer en casa Trampa. Sus albóndigas son únicas, y la ración de jamón jabugo, a 17€, está muy buena acompañada del tradicional pan con tomate.

Para volver a Barcelona ciudad, como he comentado antes, volvemos a subir por las escaleras para coger el funicular (que se remonta al año 1906), y llegar a la parada «Peu del funicular» de los ferrocarriles. De todas formas, antes de coger el funicular, podéis subir a lo alto de la estación y ver otra perspectiva de Barcelona.

Funicular de Vallvidrera a Barcelona

Si os gusta caminar, ¡os animo a hacer la ruta! ¡No os arrepentiréis! 🙂