Escondido por el bosque de Collserola, al norte de Barcelona, se encuentra el pantano de Vallvidrera, inaugurado en 1864 para abastecer de agua el antiguo municipio de Sarrià a través de la Mina Grott (podeis ver la entrada a dicha mina unos metros antes de llegar al pantano, a mano izquierda). En esta mina se instaló un trenecito eléctrico en el 1908, que fue el primer ferrocarril eléctrico de pasajeros construido en España y funcionó hasta 1916.
Este embalse está considerado como una joya de la ingeniería hidráulica del s. XIX. Ahora mismo, abandonado al curso de la naturaleza, está cubierto de frondosa vegetación con todo tipo de especies vegetales identificadas por un pequeño cartelito, y rodeado de los cantos de las ranas, ¡a cual más gritona! ¿Habrá algún príncipe entre ellas? 😉
A esta presa se puede acceder por varios lugares, pero el más sencillo es cogiendo los ferrocarriles, dirección Terrassa o Sabadell y bajando en el Baixador de Vallvidrera (ojo, comprobad que ese ferrocarril pare en todas las estaciones). Una vez allí, ya respiraréis el olor a bosque!! 🙂
Bajamos las escaleras y cruzamos la carretera, cogiendo el «Camí del Pantà» a mano izquierda, seguimos recto hasta la siguiente bifurcación, en donde giraremos a mano derecha (hay una indicación que pone «torrent del rovelló») y seguiremos recto por ese camino hasta llegar al pantano.
Se puede dar la vuelta completa al pantano, y volver por donde se ha llegado.
¡Qué las hadas os acompañen!