«Els castells» es una tradición típicamente catalana que, como probablemente sabréis, se trata de hacer torres humanas. Sus orígenes se remontan al siglo XVII y parece ser que provino de un baile valenciano. Pero no es hasta el año 1770 que se tiene documentación del primer castell en la población de l’Arboç. A partir de ahí los «castells», construidos por los «castellers», fueron evolucionando hasta tal como los conocemos hoy en día.
En la plaça Sant Miquel, tocando a la Plaça Sant Jaume, existe un monumento dedicado a los castellers, obra de Antoni Llena i Font. De acero inoxidable crece en forma piramidal simulando un castell que quiere tocar el cielo. Este monumento que mide alrededor de treinta metros de altura fue motivo de protesta en el barrio en el momento de su inauguración, en febrero de 2012.
Ahora el homenaje «als castellers» luce moderno, sin dejar indiferente al transeúnte.