Sant Jordi, 23 de abril, y sigo esperando esa rosa que me enamore eternamente. Y con un libro entre manos, el libro de mi vida, que va cogiendo polvo a medida que pasa el tiempo, sueño con llenar de alegría las páginas venideras.
La diada de Sant Jordi, del que pocos sabemos su origen, es la fiesta del renacer, de la primavera, de la vida, del amor. Y en Barcelona, como cada año, todo el mundo sale a la calle a celebrarlo con rosas y libros entre manos. Flores efímeras y palabras duraderas llaman a la puerta del presente.
Las cajas suenan todo el día, y «Barcelona és bona si la bossa sona, però tant si sona com si no sona, Barcelona és bona«.
Celebramos todas las tradiciones, pero a veces olvidamos sus orígenes. Veamos de donde proviene nuestro valiente Sant Jordi.
Nos remontamos al s.III, durante la época romana, cuando San Jorge, un militar romano, se negó a seguir las órdenes de Dioclesiano de persecución a los cristianos. Por eso fue martirizado y ejecutado.
Esta leyenda fue transformándose y empezaron a aparecer historias fantásticas alrededor de Sant Jordi y el dragón que se hicieron populares por toda Europa. La historia que se cuenta en Cataluña es que en Montblanc vivía un dragón terrible al que cada día se alimentaba con una persona de la población escogida al azar. Un día la suerte recayó sobre la princesa del pueblo, y apareció San Jorge para salvarla. Atravesó con la lanza el corazón del dragón, y de la sangre nació un rosal. Y colorín colorado este conocido cuento se ha acabado.
Vemos que, como muchas tradiciones que conservamos, proviene de una leyenda cristiana. Leyendas que probablemente se usaban para promulgar el cristianismo por todo el mundo y que nos dotan de identidad y han ido moldeando nuestra cultura.
Y lo del libro? El día del libro proviene de la idea de un escritor valenciano que propuso esta fiesta a la cámara oficial del libro de Barcelona. Y en 1930 se instauró el día 23 de abril como Día del libro, que arraigó en Barcelona y se extendió por toda Cataluña y que cada vez se celebra en más países con el objetivo de fomentar la lectura y la protección de la propiedad intelectual.
¡Feliz día de Sant Jordi!