En el norte de Barcelona nos protege el parque de Collserola donde se puede disfrutar de diversos recorridos a pie o en bici entre la naturaleza.
Hoy hablaré de un recorrido a pie de unas 3 horas por este frondoso parque.
Empezaremos cogiendo los ferrocarriles, dirección Terrassa o Sabadell y bajaremos en el Baixador de Vallvidrera (ojo, comprobad que ese ferrocarril pare en todas las estaciones). Una vez allí, ya respiraréis el olor a bosque! 🙂
Bajamos las escaleras y cruzamos la carretera, cogiendo el «Camí del Pantà» a mano izquierda, seguimos recto hasta la siguiente bifurcación, en donde giraremos a mano derecha (hay una indicación que pone «torrent del rovelló») y seguiremos recto por ese camino hasta llegar al pantano, inaugurado en 1864 para abastecer de agua a Sarrià a través de la Mina Grott, mina que encontraréis unos metros antes de llegar al pantano, a mano izquierda. Una vez habéis llegado al pantano, lo podéis bordear a través de una abundante vegetación con todo tipo de especies vegetales identificadas por un cartelito, y rodeados de los cantos de las ranas, ¡a cual más gritona!
Una vez visto el pantano, dirigios al punto por donde habéis llegado a éste (por donde se puede cruzar el muro) y os desviáis por el camino de la derecha, es decir, el de encima al de llegada, con una subidita un tanto pronunciada. Al llegar a una bifurcación, cogéis la calle «dels Reis Catòlics» y tiráis recto (hay tramos asfaltados) hasta llegar a la «Plaça de Vallvidrera». En esta pequeña plaza, hay el restaurante Casa Trampa, en donde pararemos a comer a la vuelta de nuestro recorrido. De ahí, subís por unas primeras escaleras y llegáis a un pequeño parque, que si os asomáis a la barandilla de mano izquierda, podréis contemplar una fila de casas modernistas. En esa misma plaza, a mano derecha está el funicular, en un edificio también modernista. En este punto acabaremos el recorrido más adelante, pero todavía no! Seguimos subiendo las escaleras, seguimos recto por el «camí dels Algarves» y llegamos al «carrer de les Alberes» que cogeremos hacia la izquierda. Y, la primera calle no, la segunda, por el «Carrer de Can Basseda» giraremos a la izquierda y seguiremos todo recto por este camino hasta llegar a un cruce, en el que continuaremos por el «carrer de Gabriel Ferrater» hasta llegar al «carrer de la Budellera».
Al entrar en el parque de la Budellera (también parte de la cordillera de Collserola) nos encontraremos la estatua de un pelegrino que nos da la bienvenida.
Una vez dentro, tendremos 3 caminos por escoger, mi recomendación es coger el de la izquierda y llegar a la fuente de la Budellera, obra de Jean Claude Nicholas Forestier, realizada en 1918. Se llega por unas escaleras de piedra y en según que tramos, podéis disfrutar de las vistas del parque de Collserola con el Tibidabo de fondo. Aunque no aseguran la potabilidad del agua que mana la fuente, no pasa nada por refrescarse un poco la cara.
De vuelta por donde hemos llegado, os recomiendo volver a la plaza de Vallvidrera y comer en casa Trampa. Sus albóndigas son únicas, y la ración de jamón jabugo, a 17€, está muy buena acompañada del tradicional pan con tomate.
Para volver a Barcelona ciudad, como he comentado antes, volvemos a subir por las escaleras para coger el funicular (que se remonta al año 1906), y llegar a la parada «Peu del funicular» de los ferrocarriles. De todas formas, antes de coger el funicular, podéis subir a lo alto de la estación y ver otra perspectiva de Barcelona.
Si os gusta caminar, ¡os animo a hacer la ruta! ¡No os arrepentiréis! 🙂