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La Virreina Centre de la Imatge rinde homenaje a la excepcional bailaora Carmen Amaya, en el marco de celebración del centenario de su muerte con la exposición «Carmen Amaya 1963. Fotografies de Colita i Julio Ubiña«.

Una exposición que recoge el último año de su vida a través de fotografías de la mano de Colita y Julio Ubiña. Las imágenes transmiten una fuerza especial a la par que una realidad de ciertos barrios de Barcelona, como el barrio Somorrostro, lugar donde nació y se crió Carmen Amaya. Parte de la imágenes nos invitan a asistir al rodaje de la película Los Tarantos, de Rovira Beleta.

Esta exposición forma parte del «Cirtcuit 2013. Fotografia Documental Barcelona», que mostrará diversas muestras documentales a lo largo de junio i julio.

«Carmen Amaya 1963. Fotografies de Colita i Julio Ubiña» se podrá visitar hasta el próximo 7 de julio.

Para aquellos que recuerden la Barcelona de los años 50 y para los que nunca la conocieron, como yo, Fotocolectania ha dedicado su espacio a Leopoldo Pomés, fotográfo, creativo, cineasta y escritor, amante de la expresión artística. En ella se recogen alrededor de 80 instantáneas del año 1957, donde el autor refleja su visión de Barcelona. Una Barcelona entre Català-Roca y Miserachs.

Tuve la suerte que el comisario de la fundación, Juan Manual Bonet, nos explicara en primera persona la muestra.

El proyecto fotográfico surge cuando Carlos Barral, de la editorial Seix Barral, encargó un libro de fotografías de Barcelona a Pomés. Éste acogió la propuesta con gran entusiasmo e hizo una buena colección de fotos de la Barcelona de entonces. A pesar de que las fotografías gustaron a Barral, el proyecto no entusiasmó a su socio, que vio en aquellas fotografías una Barcelona triste y decadente.

Más de medio siglo después, gracias a Fotocolectania, ha salido a la luz este trabajo que un Pomés de 25 años realizó con pasión y que hoy en día ha sido valorado muy positivamente por grandes críticos de la fotografía.

También se ha editado un libro de esta exposición que se puede comprar tanto en la misma Fundación como en otras librerías de Barcelona.

El orden tanto de la visita como del libro no es fortuito, sino que fue detenidamente pensado por el comisario y retocado a posteriori por Leopoldo Pomés. La fotografía de Pomés que he escogido para encabezar el artículo, a parte de que personlmente me parece fantástica, fue la escogida primeramente para hacer la publicidad de la exposición.

Dejo un par de pequeñas anécdotas que vale la pena mencionar. La señora de la portada del libro se vio en la publicidad de la exposición y vino a verla para comentarlo y le regalaron una copia de su foto. La segunda anécdota es que un chico que aparece en la exposición fue reconocido por sus compañeros de trabajo que pidieron una copia para regalársela como sorpresa el día de su aniversario.

Todavía estáis a tiempo para visitar esta excelente muestra a la que le queda menos de un mes.

Cuando paseo por la Calle Petritxol hay varias paradas obligatorias, entre ellas la Sala Parés, una de las galerías de arte más antiguas de España. Y el fin de semana pasado, al pasar por esta sala de arte, me encontré con una exposición que me llamó la atención «Reconstrucció d’un món» (reconstrucción de un mundo) de Neus Martín Royo.

Pequeños rincones de toda la vida de Barcelona habían sido retratados al óleo de una manera encantadora al estilo «Hopperiano», un esfuerzo más por congelar un pasado esplendoroso que nos evoca que cualquier tiempo pasado fue mejor. A la exposición la acompaña un pequeño texto de Rafael Vallbona, homenaje a la pintora, a los cuadros y a esta Barcelona tan nuestra.

La exposición se inauguró el viernes 23 de noviembre, y yo fui un sábado, por lo que solo llevaba un día expuesta y su pintora, Neus Martín, todavía rondaba por la sala saludando a conocidos y a interesados en la obra. De carácter amable y jovial, es una expositora habitual en la sala Parés con la que colabora a menudo.

Os animo a entrar a este enlace del catálogo de la exposición y jugar a descubrir de qué lugar se trata cada uno de los óleos, aunque, en algunos casos, el nombre del local lo evidencia. O mejor aún, pasaos por la exposición y, quien sabe, quizás caéis en la tentación de hacer una pequeña inversión de un gran lugar. 😉