Ya hace un tiempo que se ha abierto el campanario de Santa Maria del Pi al público, un nuevo mirador a la ciudad de Barcelona que no envidia nada al resto de atalayas de la ciudad.
Santa Maria del Pi es una de las iglesias góticas de la Barcelona medieval y devota junto a la Catedral, Santa Maria del Mar y la iglesia de Sant Just i Pastor.
Los orígenes más antiguos de Santa Maria del Pi se remontan al s.X por referencia documental, pero la basílica actual fue iniciada hacia el 1320. Con planta de nave única, cubierta por trece tramos de crucería gótica y capillas laterales entre los contrafuertes de la nave, es un edifico característico del gótico catalán.
El campanario, que no está unido a la iglesia, se empezó a construir a mediados del s.XIV siendo una obra de calidad estructural y artística. Está separado en tres cuerpos por cuestiones estructurales, para hacer del campanario una estructura robusta y repartir el peso adecuadamente. Si nos fijamos, el problema del peso también viene resuelto porque a medida que subimos un tramo éste cada vez es más pequeño, hecho que no se hace evidente desde el exterior. Lo construyeron 3 arquitectos el último de los cuales fue Bartomeu Mas.
Como curiosidad hay una tradición popular de la edad media que decía que los edificios principales se construían con la ayuda del demonio, por el hecho de que eran edificios especiales y significativos que no podían haber sido construidos solo por el hombre. Entonces se decía que el demonio ayudaba al arquitecto a cambio de que en el momento de poner el escalón número 100 le tenía que dar el alma. Así que el arquitecto en el momento de llegar al escalón 99 del campanario paraba la construcción de éste y se dedicaba a otras cosa de la iglesia. Una vez moría el arquitecto que estaba en la labor le sucedía el siguiente y podía seguir elevando la torre con más escalones porque él no había hecho ningún trato. El demonio enfadado porque le habían engañado marcaba con la pata el escalón número 100. Y todo el mundo iba a buscar el escalón del demonio que estaba marcado con la pata. Dicen los archivos de la iglesia que el rector, cansado de que el pueblo subiera a ver la pata del demonio, la borró, por lo que hoy en día ya no la podemos ver. 😉
Las paredes no se han tocado, pues tienen la historia del pasado. Durante la guerra de sucesión el campanario fue usado como refugio. Las monjas del convento de carmelitas descalzas por miedo que les cayera una bomba se desplazaron todas a vivir al campanario y se refugiaron en los dos primeros pisos.
Antiguamente se fundían las campanas en la planta baja de la torre y entonces a través del hueco que queda en el centro de la torre (el óculo central) las subían hasta lo alto del campanario.
Actualmente hay seis campanas, todas anteriores al sXVIII excepto la más pequeñita que la llamaban «el esquirol» (la ardilla), porque era la más pequeña y tenía un sonido más agudo. Tenían una función tanto civil como eclesiástica, en ambos casos eran campanas de aviso. La campana mayor se llama Antònia del Pi y originalmente es del s.XV pero se reconstruyó en 1780 ya que fue condenada a fundirse porque tocó durante los bombardeos de 1714. Sin embargo los feligreses la rescataron, (aunque no tuvo la misma suerte la Honorata, la campana de la Catedral, el cobre de la cual se destinó a hacer cañones). Anònia del Pi, hubo un día que se agrietó y entonces la fundieron y con el mismo metal volvieron a hacer otra igual.
Los nombres de las campanas son Antònia y Andreua (las mayores), Vicenta y Maria (los cuartos) y Josefa (las horas) y l’Esquirol. Las campanas se bautizaban porque se consideraba que tenían la voz de Dios y por tanto tenían padrinos que les ponían el nombre.
En lo alto del campanario podemos apreciar algunos dibujos grabados en el suelo, se trata del juego tres en raya doble con el que se entretenían los campaneros entre toque y toque. Pero también en las paredes encontramos nombres de campaneros y de maestros de obra que quisieron quedar para la posteridad.
Durante muchos años fue el edificio más alto de Barcelona con 54m de alto. Aun hoy día lo alto del campanario ofrece unas vistas espectaculares de Barcelona.
También existe otra visita al campanario más experiencial que se efectúa más entrada la noche. Luz, música, olores, colores, inundan la torre y te trasladan en el tiempo. Finalmente en lo alto del campanario de Santa Maria del Pi se puede observar la Barcelona anochecida con una copita en la mano. Vale la pena vivir la experiencia. Si te animas reserva con antelación
Duración: 1 hora y 30 minutos
Horarios: Sábados a las 21:30h
Precio: 25eur
Recomendaciones: calzado cómodo.
Teléfono: 653 997 987