Un último adiós a la Juguetería Monforte | Barcelona

Cierra la tienda de juguetes Monforte

Y seguimos despidiendo a tiendas emblemáticas de Barcelona que no pueden asumir los pagos de las nuevas rentas. Esta vez se trata de la juguetería Monforte, emplazada en la Plaça de Sant Josep Oriol, frente a Santa María del Pi.

Mañana día 5, víspera de Reyes, será el último día que la tienda abra al público. Un adiós triste, nos comenta Mercè, nuera de los Monforte, que lleva 40 años detrás del mostrador atendiendo con esa sonrisa que la caracteriza.

La tienda abrió sus puertas en 1840 y hasta ahora cuatro generaciones han pasado por ella vendiendo todo tipo de juguetes y juegos, desde puzzles, cartas, muñecas, juegos de mesa hasta fabulosas mesas de billar (Billar de Precisión Monforte-Domingo). De hecho el suegro de Mercè, Domingo Monforte, había sido campeón del mundo del billar en los años 50.

Hoy hemos pasado por la tienda para ver qué nos podíamos quedar de recuerdo y hemos estado hablando con Mercè. Por casualidad nos hemos enterado que un primo hermano de mi padre había estado trabajando durante años en la tienda y por los apellidos Mercè ha recordado a mi abuelo, «un senyor molt alt, molt elegant amb pajarita» nos dice, que tantas veces había pasado por la tienda, sobretodo durante las fiestas navideñas para comprar los regalos de sus nietos.

Mercè resignada está deshaciéndose de toda la tienda día tras día a precios muy competitivos. Hasta vende el mobiliario! Mi hermano se ha quedado un gracioso taburete, lugar donde reposaban los dependientes. Cuantos culos cansados habrá sentado!

Me entristece despedir pequeños comercios de toda la vida. Pequeños recuerdos que se desvanecen con el cambio, con el tiempo, con las generaciones… y llegará un momento que nadie lo recuerde.

Mercè nos comenta que pasará a ser una chocolatería y que ésta mantendrá las baldosas del suelo y algunas de las maderas que componen la actual tienda. Esperemos que el cambio no sea devastador y que un pequeño palo de billar cuelgue de una pared en recuerdo al último negocio que duró 173 años.

Castillo de Montjuïc, Barcelona

Castillo de MontjuïcA lo largo del tiempo la montaña de Montjuïc ha sido un enclave muy interesante por su rápido acceso al agua, por su fuente de recursos naturales como la piedra de la construcción (la Barcino romana y muchos de los edificios del eixample están construídos con la piedra de Montjuïc.) y por su altura, perfecta para controlar el entorno. Los íberos ya se instalaron aquí antes de la Barcino romana.

Pero para entender el origen del castillo empezaremos hablando del s.XI, momento en el que se encontraba el castell del port, un castillo con una pequeña torre de guardia (torre del farell) que servía de residencia de Ramón Berenguer II y Berenguer Ramón II.

El castillo de entonces se queda en el olvido durante años y no es hasta 1640 (época dels segadors) que los barceloneses deciden hacer un fortín militar que sirva de defensa para los invasores. Se construye un pequeño fuerte que servirá para protegrese de la guerra. Todavía se conservan restos de este fortín militar en una de las sala de exposición en el castillo (sala 15).

Después de la guerra de sucesión, en 1751, Cermeño (arquitecto militar) hace realidad el proyecto del Castillo de Montjuïc de estilo neoclásico, un castillo que por primera vez no se hace para defender a la ciudad sino que su objetivo es asediar Barcelona para frustrar cualquier tipo de sublevación.

En el momento que el castillo se convierte en una amenaza tendrá diversos episodios de gran violencia contra la ciudad. Por ejemplo se tiraron 1.012 proyectiles contra Barcelona de parte de Espartero, para frustrar el alzamiento de algunos trabajadores que no estaban de acuerdo con las condiciones que tenían.

Bombardeos sobre Barcelona desde el Castillo de Montjuïc

Durante la guerra civil, en el año 1937, se instalaron baterías antiaéreas por las colinas de la ciudad para abatir a los aviones italianos que sobrevolaban Barcelona para bombardearla. En Montjuïc se pueden ver algunas, pero también vemos restos en el Turó de la Rovira (el búnquer del carmelo) y por Collserola (el búnquer de Sant Pere Màrtir). De todas fromas el uso de estas baterías antiaéreas eran fatales, porque al abatir los aviones éstos caían sobre la ciudad junto con la bomba causando peores estragos.

Para refugiarse de estos bombardeos se crearon 1.384 refugios antiaéreos repartidos por toda Barcelona, uno de los más conocidos es el refugio antiaéreo 307.

Durante la guerra civil, los fosos del castillo fueron escenario de cientos de ejecuciones, concretamente en el foso de Santa Eulalia se fusiló a Lluis Companys el 15 de octubre de 1940.

La visita, a la que tuve la oportunidad de ir, abrió las puertas a zonas habitualmente no accesibles como:

  • El depósito de Santa Amalia: depósito de agua de 1.900m³ destinada actualmente al riego de la montaña de Montjuïc. Diseñado por Cermeño en 1751. En la zona de acceso todavía se pueden ver las marcas de lo que habían sido las dependencias de los trabajadores del ejército.
  • Las mazmorras, en las que estuvieron presas cientos de personas entre ellas el pedagogo libertario Francesc Ferrer i Guardia que fue ejecutado al grito de «viva la escuela moderna». Estos compartimentos también hicieron de residencia de los militares que vivían aquí en los años 60. Al entrar a las mazmorras se encuentra un banco, banco que pone la piel de gallina pues era donde se esperaban las personas que iban a ser ejecutadas en los fosos que rodean el castillo. Estas mazmorras tenían doble nivel y debajo de éstas había pequeñas estructuras subterráneas.
  • La torre de guardia que surge del centro del castillo y contiene un mástil con un juego de cuerdas que servía de sistema de códigos de colores para comunicarse con los barcos. Como curiosidad esta torre fue el punto donde se especificó el valor exacto del metro como sistema de medida universal (de Méchain). Desde lo alto de la torre pudimos observar unas vistas espectaculares de Barcelona.

Todos los espacios del castillo han ido cambiando de función a lo largo del tiempo hasta el día de hoy que alberga exposiciones y actividades varias. Aquí puedes acceder a la página oficial del Castillo de Montjuïc.

Refugio antiaéreo 307, Barcelona

En el subsuelo de Barcelona se construyeron 1384 refugios antiaéreos durante la guerra civil.

Hoy nos centraremos en el refugio 307, en la zona de Poble Sec, zona cercana al puerto, por lo que uno de los objetivos de bombardeo.

Refugio antiaéreo 307, Barcelona

Así como la mayoría de refugios se hacían cavando hacia abajo, con profundidades que podía llegar hasta los 25 metros, en este caso se aprovechó la montaña para facilitar el trabajo y excavar directamente en horizontal. En este refugio antiaéreo cabían hasta 2.000 personas. Las paredes estaban reforzadas con ladrillos y el techo era tipo volta catalana. A lo largo de los túneles se disponía de electricidad, de bancos, de lavabos y de una pequeña enfermería en caso de llegar algún herido, todo ello totalmente precario y escaso.

La enfermería era una espacio de unos 6 metros cuadrados que contaba con pocas literas para aquellas personas que llegaban heridas. Esta zona estaba aislada del suelo de barro con una capa de ladrillos y una capa de aire para evitar las humedades.

Refugio Barcelona

En cuanto a lavabos había 3 para hombres y 3 para mujeres dispuestos en los laterales de los pasillos. El de los hombres consistía en un agujero en el suelo, el de las mujeres en un humilde vater de porcelana.

Refugio Barcelona

También había una serie de rótulos escritos con pintura roja que recordaban algunas normas del lugar, como que estaba prohibido hablar de política o religión, que se tenía que dejar sentar a ancianos, mujeres y niños, que no atascasen los pasillos, etc, una serie de indicaciones que hacían la convivencia más segura y disciplinada, obligatorio en un espacio tan pequeño.

Refugio Barcelona

Las llaves del refugio se pasaban de persona en persona a modo de testigo. Esta persona era la responsable de abrir el refugio en caso de bombardeo y sería el encargado de llegar el primero para abrir las puertas a la población.

Estos refugios son el recuerdo de uno de los episodios más trágicos de la crónica de Barcelona. Una población que sufrió ataques estando en la retaguardia y que por lo tanto no estaba preparada para la guerra.

Una vez acabada la guerra, el refugio 307 sirvió para otros efectos. Una fábrica de vidrio utilizó una parte de horno y almacén, por lo que esta zona quedó totalmente ennegrecida. También fue la época del barraquismo, y muchos immigrantes de fuera de Catalunya que venían en busca de trabajo, se construyeron chabolas por esa zona, por lo que una familia andaluza, en busca de su hogar, también se aprovechó del lugar y se instaló en otra zona apropiándose del espacio y haciéndolo más acogedor instalando una chimenea y decorándolo a su manera.

Refugio Barcelona

Finalmente compartía también los túneles un «cultivador» de setas, ya que se trataba de un lugar idóneo para su crecimiento, húmedo y oscuro. Por lo que el refugio estuvo durante años compartido para estos tres efectos: fábrica, hogar, cultivo. Finalmente quedó abandonado a merced del tiempo.

Otro refugio interesante de ver y libre de acceso es el refugio de la Plaça de la Revolució.

Navegando por internet he encontrado una pequeña perla de la memoria histórica de la ciudad. Un blog escrito por una veintena de personas repartidas en grupos de centros cívicos y casales que realizan clases de informática y donde escriben recuerdos de antaño.

Dirección: Nou de la Rambla 169, 08004 Barcelona

Acceso: Metro: Paral·lel

Horario de visita:

De lunes a sábado solo para grupos con reserva previa.

Domingos: visitas comentadas a las 10:30h, 11:30h y 12:30h.

En todos los casos son plazas limitadas y es imprescindible reserva previa: 93 256 21 22 o [email protected] (horario de atención de lunes a viernes de 10 a 14h y de 16 a 19h)

Festivos cerrado.

Parroquia Sant Pau del Camp | Barcelona

En el corazón del Raval se esconde una joya cuyos orígenes se remontan al s.X, la Parroquia de Sant Pau del Camp. Desde mi punto de vista la iglesia más encantadora de Barcelona.

En el corazón del Raval se esconde una joya cuyos orígenes se remontan al s.IX, la Parroquia de Sant Pau del Camp. De sus inicios más remotos no queda gran cosa, solo podemos observar en su fachada dos capiteles visigóticos de mármol y en el interior la lápida sepulcral del que dicen fue su fundador, Guifré II.

Iglesia Sant Pau del Camp, Barcelona

Nada tiene que ver el entorno donde está emplazada actualmente, dentro del bullicioso Raval, al de entonces, en medio de campos de cultivo (de aquí viene su nombre, Sant Pau del Camp (San Pablo del Campo)), fuera de las murallas de Barcelona, vulnerable y atacada varias veces a lo largo del tiempo.

En 1879 es declarada monumento nacional.

La Parroquia que hoy día podemos ver, que en su momento fue monasterio,  es de estilo románico, del s.XII. Es de una única nave con planta en cruz griega y el pequeño claustro es único por la forma de sus arcos.

Personalmente encuentro que es la iglesia más encantadora de Barcelona. Tanto es así, que me voy a casar aquí en diciembre! 🙂

La Torre de Bellesguard

Torre de Bellesguard o Casa Figueras de GaudíMenos conocida pero igual de preciada que cualquier otra obra de Gaudí, descansa en la ladera de Collserola la Torre de Bellesguard (de la Bella vista en catalán).

Se trata de un magnífico palacete que recuerda el castillo que una vez ocupó su lugar siendo la casa estival de Martí l’Humà, un monarca catalán que reinó durante el s.XV.

El castillo quedó en el olvido y dicen que fue lugar de cobijo de Serrallonga (Joan Sala i Ferrer), el bandolero más famoso de Cataluña.

Pero no fue hasta 1900 que Gaudí dio forma a este castillo abandonado encargado por María Sagués Molins, viuda de Jaume Figueras. De ahí su nombre oficial, Casa Figueras, aunque comunmente se la conozca como Torre de Bellesguard.

Gaudí, al conocer la historia del lugar, alzó esta torre como homenaje a Martí l’Humà, el último rey del antiguo linaje del «Casal de Barcelona». Y por varios rincones de la casa se pueden encontrar símbolos que recuerdan esa época de esplendor, y al mismo tiempo de decadencia.

Durante la Guerra Civil la torre albergó un orfanato, y también se construyeron refugios antiaéreos en sus sótanos. Más tarde, la adquirió el Dr. Guilera, un oncólogo que la habilitó como clínica.

Hoy en día, sigue estando en manos de la familia Guilera, pero las puertas se abren al público este Septiembre y se podrá acceder a visitas guiadas tanto por el jardín como por el interior de la torre.

Habrán dos tipos de visitas:

  • Itinerario completo guiado (16 euros) de una duración de hora y media (con reserva previa). La visita al interior es para un máximo de 15 personas por turno.
  • Visita al exterior del edificio (7 euros).

En cualquiera de los casos, se pone a disposición de los visitantes una audioguía del espacio en ocho idiomas.

Horarios:

Horario de verano (abril – octubre): de lunes a sábado, de 10 a 19:00h

Horario de invierno (noviembre – marzo):  de lunes a sábado, de 10 a 15:00h

Las visitas guiadas al interior de la casa se realizan a las 11:00 (en inglés) y a las 12:00 (lunes, miércoles y viernes en castellano. Martes, jueves y sábado en catalán).

La visita exterior con audioguía es libre.

Durante el pasado agosto, y como inauguración de apertura de Bellesguard, los martes se hacía una visita exterior guiada con copa de cava y concierto a dos violines, mientras que los jueves se podía disfrutar de un mojito con chill out de fondo para contemplar sin prisas la torre.

He tenido la oportunidad de visitarla una vez y no he dudado en apuntarme a una segunda para que me expliquen con detalle la casa y sus rincones.

Mucha historia y misterio envuelve el lugar. Vale la pena descubrirlo.

Solo como curiosidad, el día que fui fue muy especial porque un cielo, a ratos despejado, iba iluminando la Torre de Bellesguard como una aparición. Hasta que nos sorprendió la lluvia y finalmente apareció un doble arcoiris que atravesó la casa. Espectacular.

Arcoiris en la Torre Bellesguard de Gaudí

Dirección: C/Bellesguard 16-20

 

Museo del calzado | Barcelona

Gremio de Zapateros, BarcelonaEn la deliciosa Plaza Sant Felip Neri se encuentra el pequeño y desapercibido «Museu del calçat» (museo del calzado). Museo un tanto destartalado pero con gracia, que expone reproducciones de zapatos de la época romana hasta el s.XVIII y zapatos originales desde el 1700 hasta nuestros días.

Hay una sección dedicada a famosos, donde podemos ver calzados de gente famosa como Charlie Rivel, Ronaldinho, Jordi Pujol o Pau Casals, entre otros.

El emplazamiento original del edificio no era esta plaza sino que se encontraba de cara a la catedral y era la sede del Gremio de zapateros, construido en 1565. Durante la guerra civil toda la zona de enfrente de la Catedral quedó devastada por bombardeos y el Ayuntamiento aprovechó para hacer la avenida de la Catedral y guardó el único edificio que permaneció intacto, ubicándolo años más tarde en su actual emplazamiento.

Pero la historia viene de antes, fue en el 1202 cuando los zapateros de Barcelona se agremiaron y fundaron la Cofradía de San Marcos Evangelista, la Cofradía más antigua de Europa. Y desde entonces hasta el día de hoy cuatro libros mantienen un registro anual de todas aquellas personas que han ido formando parte de la Cofradía.

Hoy en día, en la planta baja de lo que en su día fue este gremio, se encuentra este museo y el piso superior lo ocupa una escuela de niños. En la fachada del edificio se puede observar el escudo del gremio en el que se encuentra un león que hace referencia a San Marcos Evangelista, que se escogió como patrón de esta cofradía porqué por aquel entonces se hablaba mucho de un pasaje de los primeros años de la expansión de la doctrina de Cristo y que afectaba directamente a un zapatero (Aniano) que llegaría a ser Santo y que tuvo como protagonista directo a dicho Evangelista.

Zapato Colon, Gremio de ZapaterosComo curiosidad podemos ver la horma de 112cm que se usó como molde para crear los pies de la estatua de Colón, horma que también serviría para calcular la altura de dicha estatua. Esta horma se utilizó para hacer unas merceditas gigantes que se encuentran en el mismo museo.

Dirección: Plaça Sant Felip Neri 6, 08002 Barcelona

Teléfono: 933 014 533


Ver Museu del Calçat, Barcelona en un mapa más grande

Carrera Jean Bouin | Barcelona

Cada año, desde el 1920, se celebra en Barcelona la carrera internacional Jean Bouin, que es el acontecimiento atlético vigente más antiguo de España. Distintos circuitos dirigidos a profesionales se desarrollan por la zona de Montjuïc. Pero la popularmente conocida es la carrera amateur y accesible a todo el mundo, que tiene un recorrido de 10km.

El origen del nombre es en honor a Jean Bouin un atleta y periodista francés, con múltiples títulos en su corta historia, que murió a los 26 años trágicamente en el frente durante la Primera Guerra Mundial.

Jean Bouin atleta francés

A lo largo del tiempo la carrera ha sufrido algunas interrupciones, como durante la Guerra Civil, y un cambio de nombre durante los dos primeros años de postguerra, que se la obligó a llamar «Gran carrera de año nuevo», por aquel entonces caía en esas fechas. El circuito también ha ido variando a lo largo de los años hasta que se asentó en Montjuïc en 1973 hasta nuestros días.

¡Mucha suerte corredores!

Fuentes Wallace en Barcelona

¿Conocéis las fuentes Wallace? Si no las conocéis quizás alguna vez os habréis fijado en alguna sin quererlo, porque aunque discretas, tienen mucha gracia y están ubicadas en lugares bastante concurridos.

Fuente Wallace Barcelona

Se tratan de unas fuentes de hierro forjado, de color verde oscuro, con 4  cariátides que soportan una pequeña cúpula. Cada figura, diferente entre sí, representa una virtud: la Bondad, la Simplicidad, la Caridad y la Sobriedad, que a su vez representan las 4 estaciones del año: invierno, primavera, verano y otoño respectivamente.

Estas fuentes tienen su origen en Paris. Richard Wallace, de origen británico y con una gran fortuna, decidió ponerla al servicio de la ciudad de Paris para financiar proyectos sociales. Entre ellos financió la construcción de alrededor de un centenar de fuentes con un objetivo de salud pública y al mismo tiempo artístico. El trabajo se le encargó al escultor Charles Lebourg con una serie de instrucciones claras: debían ser suficientemente grandes para ser vistas de lejos, pero sin romper la armonía del paisaje, debían combinar utilidad y estética, teniendo un precio razonable y construidas con un material perdurable y fácil de trabajar.

Además de estas fuentes para Paris, se realizaron unas 50 más que fueron regaladas a diversas ciudades del mundo. Entre ellas 12 fueron a parar a Barcelona, como regalo a Rius y Taulet por la exposición universal del 1888.

Hoy en día de esas 12 solamente quedan 2, una en la Ramblas, frente al Museo de Cera, y otra en Gran Vía esquina Paseo de Gracia. Existen otras por la ciudad que se las llama Neo-Wallace porque fueron fundidas a partir de los moldes antiguos, pero no son originarias de la época.


Ver Fuentes Wallace en un mapa más grande

Salida nocturna en un vagón de metro de 1924

Salida nocturna metro 1924

La verdad es que TMB tiene muy buenas iniciativas y el paseo subterráneo en metro por la historia de Barcelona es una. Y es que este pasado jueves sacaba a relucir varios vagones de la serie 300, los que el 30 de diciembre de 1924 inauguraron el Gran Metropolitano de Barcelona y que estuvieron activos más de 60 años, hasta 1987. ¿Alguien los recuerda?

Inauguracion metro 1924 Barcelona

El exterior del tren es granate, negro y dorado y se conserva de maravilla. En el interior, con fluorescentes incorporados en 1949, no se ve una diferencia abismal con los actuales. Pero tiene su gracia ver las pequeñas indicaciones de época como «Prohibido terminantemente escupir», carteles que hoy en día ya no existen, pero que podrían seguir vigentes.

Ruta nocturna metro BarcelonaEl arranque del metro fue bastante brusco consiguiendo desequilibrar a más de uno, hecho que hizo soltar alguna risa y consiguió que trasladarnos en el tiempo fuera más sencillo.

Durante el viaje nos acompañaron dos revisores disfrazados de época y contamos con la inestimable presencia de Gaudí, que iba contando la historia del metro de Barcelona.

Ruta nocturna metro Barcelona

Lo que no me gustó fue la aglomeración de gente. Hubiera preferido pagar algo más, y ser unos cuantos menos, porque si los vagones constaban de 24 asientos, debíamos ser unas 50 personas por vagón. Al menos esa fue la sensación.

Parte de la gracia del recorrido era que se hacía un transbordo y se llegaba a una estación fantasma de los años 60 que nunca fue usada como tal. Había oído hablar que la decoraban especialmente para el evento, pero no fue así, y no dejaba de ser una estación como cualquier otra, eso si, con un pequeño refresco y tentempié de chocolate que hubiera preferido obviar a esas horas de la noche pensando en las horas que me quedaban por dormir.

Refugio plaça de la Revolució

En Barcelona se construyeron alrededor de 1.400 refugios durante la guerra civil. Los más conocidos y hoy en día accesibles concertando visita son el refugi 307 en Poble Sec y el de la Plaça del Diamant, en el barrio de Gràcia. Pero hay un tercero, desconocido para la mayoría, que se encuentra en la plaça de la Revolució, también en el barrio de Gràcia. Este refugio es de acceso libre, y lo más curioso es que se accede a través del parking de dicha plaza, pidiendo las llaves a los conserjes.

Refugio Plaça Revolució, GràciaLa verdad es que he encontrado esta información en el blog de altresbarcelones, y siendo el post de hacía un año, no sabía si todavía estaría en vigencia. Pero si! Qué emocionante! Si decidís ir, ojo que no os den otra llave, que es lo que nos ha pasado hoy. Comprobad que en llavero pone: «Llave del refugio». Porque después de bajar 4 pisos (está en la última planta, 4B), y con la ilusión de abrir la puerta hemos tenido que volver a subir a por la correcta.

Una vez abierta la puerta, la luz está entrando a mano izquierda. De todas formas hay dos habitaciones que están a oscuras, así que traeros linterna si os apetece ver con más claridad esa zona. Lo que queda del refugio es poco, un pasillo en forma de L con un banco donde se sentaban los refugiados y dos pequeñas habitaciones, que podrían haber sido la enfermería. En el techo todavía se pueden ver restos de lo que fue la red eléctrica del refugio. Esta red abastecía la estancia de luz durante el ataque, que solía ser de 2horas, tiempo que duraba la batería.

Refugio guerra civil, BarcelonaDe todas formas parece ser que este refugio había sido más largo y que durante la construcción del párking se destruyó parte de él.

Os animo a visitarlo e intentar oír los ecos del pasado. Ai! si los muros hablaran.


Ver Refugio Guerra Civil en un mapa más grande